22/4/08

Terror Político

Teoría: etnocentrismo contra la geografía política
El terror y el poder


por Gaston Pardo*

TerrorPolítico

No es posible desvincular el auge de las ONG promovidas por la ONU en los últimos 20 años de las políticas impuestas por sus organismos financieros multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, que consisten en la bursatilización y la desregulación general de la economía. La inmensa mayoría de las ONG están concebidas y organizadas para perseguir y alcanzar objetivos supranacionales en temas propuestos por instrumentos globalizadores, como los centros de reflexión estratégica y las universidades norteamericanas.

En 1975, en pleno apogeo del terrorismo religioso en Europa, el norte de Africa y el Medio Oriente, un grupo de especialistas en ciencia política reunidos en torno de George W. Breslauer y Alexander Dallin, aprovechando las aportaciones teóricas de, entre otros, Zbigniew Brzezinski y Amitai Etzioni, recopilaron sus reflexiones que quedaron impresas en el libro El terror en la política, con el objeto de encontrar una salida razonable en esos momentos en que precisamente la razón dejó de actuar como antídoto efectivo al recurso de la violencia.

El comunismo aparecía en la opinión pública como el responsable de la violencia en curso, a la que los autores de la recopilación identificaban con el nombre de terror político, por el cual entendían el uso arbitrario, practicado por organismos investidos de autoridad política, de la fuerza coercitiva en contra de individuos y de grupos; la amenaza probable de su aplicación, o el exterminio.

Como alternativa a esa clase de terror, en la recopilación se propuso una suerte de control político que suponía la configuración y canalización del comportamiento a al menos una de las metas siguientes: o bien para garantizar la sumisión voluntaria a las directrices fundamentales del estado, o bien para modelar las actitudes como fuera menester, con el objeto de asegurar la estabilidad política a través de la aceptación voluntaria de una estructura de autoridad determinada. De tal manera se podría alcanzar el acoplamiento de las normas de conducta social con las directrices; esta segunda alternativa contaría simplemente con la aceptación acrítica, pasiva, de los sujetos a los propósitos de la modelación.

En su «Esquema para el análisis político», David Easton, quien formó parte del Comité de Ciencias de la conducta fundado en 1951 a instancias del doctor James G. Miller, merced all crédito obtenido por su pertenencia al Centro de Estudios superiores de ciencias de la conducta, de la Universidad de Stanford, explicó que las raíces de las ideas están tan delicadamente entrelazadas que a menudo desafían a toda clasificación precisa. Más tarde, en el verano de 1967 se forma el comité de conserjería de programas gubernamentales en ciencias de la conducta, formando parte del Consejo Nacional de Investigaciones, que se reúne para evaluar y organizar la labor de investigación social. A la convocatoria responden representantes de la Comunidad de ciencias Sociales (Social Science Community), y otros de la Sección de Investigación, desarrollo e ingeniería, del Departamento de Defensa.

La conducción imperial del conocimiento

La evolución de la investigación académica, incluso y sobre todo por su carácter interdisciplinario, explica que Easton se haya visto inclinado a concebir las características que habrán de tener los grupos de investigación social de extraordinaria envergadura como el que se reunió en la Universidad de Chicago. Estos grupos se decicarían a estudios prolongados e intensos de problemas comunes en un enfoque sistémico, considerado desde el punto de vista de todas las ciencias físico-naturales, biológicas y sociales. Desde entonces se convirtió en dogmática la preferencia por los grupos interdisciplinarios para la realización de inteligencia para la conducción racional del Estado. La inteligencia del Estado quedó de tal manera dependiendo de la actividad académica, que la formación de las élites capaces de decidir los grandes vuelcos del Estado quedó encomendada a las universidades. Pero fueron los Think tanks, centros de emanación de ideas, de donde surgieron los recursos del control social que necesitaba el estado avanzado de la sociedad posindustrial, que comenzó a surgir a principios de los años setenta en el gobierno de Richard Nixon y en la etapa de formación del trilateralismo inspirado por Zbigniew Brzezinski.

Easton siguió colaborando en el Seminario de Teoría del Instituto de Investigaciones sobre la salud mental, de la Universidad de Michigan y tras subsanar algunas dificultades debido a la diferencia de idiomas, hubo al fin consenso en una perspectiva metodológica, que consistió en el empleo de conceptos comunes para fenómenos diferentes y conceptos diferentes para fenómenos casi idénticos. De esa manera se llegó al acuerdo de examinar la prospectiva de un análisis sistémico que sirviera para unir a todas las ciencias naturales y sociales, hacer posible la comunicación entre ellas para resolver problemas comunes que el examen interdisciplinario puede ayudar a resolver.

Aunque los gobiernos no deciden explícitamente cuales son los tipos de fuerza (coerción) que aplican ni qué dosis de esa fuerza aplicarán, es de suponer que recurren a alguno de los sistema de sanciones a su alcance: la fuerza normativa, considerada fuerza positiva o simbólica, ordinariamente identificada con la persuasión, tiene su apoyo en la actividad educativa; la fuerza material apoyada en la seguridad social, los salarios y las recompensas, y la fuerza coercitiva estrictamente hablando cuyo funcionamiento está basado en las multas, los castigos y la vigilancia policiaca.

No obstante, con todo y los matices en que se empeñan los autores para validar su modelo y demostrar que Occidente proponía un proyecto mejor que el comunista, su eficacia resultó ser insuficiente, como se ha visto en 32 años transcurridos desde la edición del libro que comentamos hasta la fecha, al menos para aclarar los límites entre el terror al que se proponían afrontar y otras formas calculables de coerción. En esos años transcurridos han sido, sin embargo, descartados en los medios académicos los modelos nacionales basados en aspiraciones relativamente confiables para las poblaciones locales.

En este sentido, Amitai Etzioni, antiguo catedrático de la Universidad George Washington, expresó que la "sociedad moderna cada día necesita más y más recursos para cumplir sus complejas y multitudinarias tareas, tales como buena voluntad, inteligencia crítica y creativa, independencia de juicio, que no pueden ser abarcados mediante la coerción de manera exclusiva", programa en el que se basa la disgregación de los estados nacionales de la periferia en el sur del planeta, a la que suele acompañar la proliferación religiosa y la conversión de cada culto en un arma de guerra. A todo esto se suma la complejidad de los movimientos migratorios (una parte de ellos son respuesta al llamado divino que los alienta a salir a buscar una tierra mejor), que son portadores de los proyectos de todo tipo que salen al paso de la estrategia estatal.

Por tales experiencias académicas es posible explicar que la Agencia Central de Inteligencia haya violado sus propias reglas a lo largo de 25 años al realizar secuestros, complots de asesinato, intervenciones telefónicas, vigilancia doméstica, cateos no autorizados y "experimentación humana", según la información contenida en un archivo de 693 páginas que sería hecho público en el mes de junio de 2007.

Entre los detalles sobre las actividades expresamente ilegales llevadas a cabo desde los años cincuenta está el secuestro de un desertor ruso, la intervención telefónica sobre actividasdes de dos columnistas (Robert Allen y Paul Scott), la vigilancia clandestina del reconocido periodista Jack Anderson, la vigilancia física de un reportero del diario The Washington Post, cateos no autorizados de ex integrantes de la agencia, la violación de correos entre Estados Unidos y la Unión Soviética (desde 1953 hasta 1973) y entre la Casa Blanca y China (de 1969 a 1972).

Además, el material incluye información oficial sobre los complots para asesinar a Fidel Castro, Patricio Lumumba, el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo y el general chileno René Schneider (aunque se indica que todos los intentos fracasaron). Se registran, asimismo, actividades de espionaje doméstico contra críticos y disidentes, incluyendo la elaboración de fichas sobre más de 9 mil 900 estadunidenses relacionados con el movimiento de oposición a la guerra en Vietnam y la vigilancia de ex agentes que se convirtieron en críticos de la propia CIA, como el caso de Víctor Marchetti.

También se revela que hubo esfuerzos para identificar "las actividades internacionales de radicales y militantes negros" a finales de los años setenta, así como de contactos en el extranjero de "disidentes". Asimismo, se hace referencia a la infiltración de agentes en el movimiento pacifista en Estados Unidos. La CIA, según este archivo, financió investigaciones en varias instituciones académicas sobre "modificación de comportamiento", incluyendo experimentos sobre el uso de drogas. Entre 1965 y 1970 se da un periodo caracterizado por el esfuerzo de descubrir y desenmarañar la dinámica sociopolítica de las áreas subdesarrolladas; en esta etapa la distinción entre labores de inteligencia y académicas desapareció.

El expediente fue abierto por orden del entonces director de la agencia, James Schlesinger, en mayo de 1973. El periodista Seymour Hersh fue el primero en revelar esas operaciones ilegales en un reportaje de primera plana publicado en el New York Times el 22 de diciembre de 1974, lo cual provocó un escándalo político. Informó de las operaciones de la agencia contra fuerzas antibélicas y otros "disidentes", y divulgó la existencia del archivo secreto que registraba las actividades ilegales desde los años cincuenta.

Según el National Security Archive, esto provocó pocos días después reuniones entre la CIA y el Departamento de Justicia para evaluar las "cuestiones legales" y poco después se realizó un encuentro con el presidente Gerald Ford y los directores de la agencia. El escándalo dio pie a investigaciones oficiales y a la promulgación de reformas que impusieron límites severos sobre las operaciones encubiertas.

No obstante este estilo autocrítico, algunos no están tan seguros de que los tiempos han cambiado: Tom Blanton, director del National Security Archive, por ejemplo, señaló que ahora hay programas parecidos, como la autorización de intervenciones de comunicaciones electrónicas sin necesidad de órdenes judiciales, entre otras cosas.

Contra la geografía y la cultura continental

El objetivo final es la desaparición del Estado-nación, tal como lo había escrito la década anterior al libro en que participa Etzioni, el politólogo Ernst B. Haas en Beyond the Nation-State: Functionalism and Internacional Organization (Stanford University Press, 1964). Esta universidad sigue siendo un centro de diseño global de George Schultz, del cual ha emanado la consigna de la comunidad de las comunidades, formulación teórica del mayor ataque concebido hasta la fecha al estado nacional.

El fin del estado nacional

Ernest Hass comentaba en su libro que la integración global sólo se puede dar si se utiliza correctamente el Análisis de Sistemas junto a la Teoría Funcionalista. En el primero se mencionaban que existían relaciones de dependencia, independencia e inter-dependencia entre las naciones, y en la segunda, se plantea que las nuevas instituciones globales deberían dejar la parte económica a las supra-estructuras transnacionales y la política a los estados y sus partidos políticos, siguiendo la evolución de la Unión Europea, es decir, confiriendo un espacio mayor a la unión de las naciones que a la unión de los estados.

Hass escribe que el funcionalismo es dejar que coexistan diferentes enfoques culturales, sociales y políticos para que exista un centro director de las políticas publicas; la burocratización de las decisiones puede ocurrir a cualquier nivel, como lo muestran ciertos modernos procesos de descentralización que han llevado a veces a un aumento de las unidades de gestión -y por lo tanto del gasto público-, añadiendo así nuevas trabas al libre desenvolvimiento de las personas y buscar, en su lugar, la igualdad equilibrada de las no-representaciones (minusvalidos, homosexuales, minorías étnicas), pero siempre pensando en maximizar las libertades individuales y minimizar la interferencia estatal para generar las naciones por consenso. Por ejemplo: Estados Unidos no es una sola nación son 54 naciones agrupadas por consenso (ver : Naciones por consenso: descomponiendo el Estado-nación, presentado al Mont Pélerin Society Regional Meeting, Río de Janeiro, Septiembre 6, 1993, por el profesor Murray N. Rothbard).

En ese documento se menciona a una Federación Mundial de Naciones, en tanto que el actual sistema global es un sistema anarco-capitalista puro que refleja los complejos problemas que la crisis del Estado nacional está presentando al inicio de este siglo. Del mismo emergen alternativas que pueden reducir el papel estatal frente a la sociedad civil. Cuando se forman agrupaciones de este tipo es posible que la misma homogeneidad de las opiniones y de las formas de vida generen una especie de culto por la uniformidad que resulta mucho más difícil de combatir que mediante la racionalidad y la coerción efectiva del Estado.

Una comunidad pequeña está en condiciones de intervenir y controlar aspectos de la vida privada de las personas a las que un estado nacional jamás podrá tener acceso. Es verdad que una persona descontenta con el estilo de vida de una determinada comunidad podría emigrar con mayor facilidad en este caso que cuando están de por medio estados nacionales; por ejemplo, México tiene ya tiene una cuarta parte de su población en Estados Unidos, lo que no es un problema menor, ya que enrarece las relaciones fronterizas, bilaterales y multilaterales entre ambos países, pero ello podría conducir a una solución poco práctica si la intolerancia se extendiese y radicalizara en ambos lados, pues los costos de traslado y de reubicación podrían ascender de un modo limitante, que podrían desembocar en una especie de guerrillerismo feudal, con constantes reclamaciones, conflictos e incluso guerras.

El caso de la ex-Yugoslavia es útil también para ilustrar este punto

La solución que ha establecido la Comunidad Europea en los acuerdos de Maastricht, inhibidores de la migración no europea, ha gastado asimismo ríos de tinta en regular desde la duración de la jornada de trabajo hasta el porcentaje de grasas que debe tener un queso, ni tampoco en el actual Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que es más una prolongación directa de grandes estados nacionales contemporáneos que una autoridad mundial que responda a los ciudadanos del mundo.

En primer lugar, está la emergencia de nuevos "nacionalismos", particulares y directos; véase cuantas naciones han quedado inscritas en la ONU, como las nacidas de la desmembración de Yugoslavia como consecuencia de una guerra lanzada para diezmar a la población musulmana y para debilitar al aliado natural de Rusia en el área balcánica: Serbia.

México y el resto de América Latina no están exentos de los fraccionamientos de su superficie, como los territorios chiapanecos que denominamos celestiales, fundados por el engranaje maoísta y teo-liberacionista; en Bolivia se habla de la Republica de Santa Cruz y una salida al mar por costas de Chile. Por su parte, Perú y Ecuador están continuamente redefiniendo sus fronteras y ahora se habla de fraccionar a México entre un norte y un sur, y de ser necesario a los mismos Estados Unidos. El proyecto de la comunidad de las comunidades que concibió Etzioni en la Universidad George Washington es, en suma la superposición de la geografía humana a la geografía política. En el planeta hay docientos estados nacionales y alrededor de 5 mil etnias.

Esta tendencia parece estar acompañada por un renacer de la preocupación de los ciudadanos por la responsabilidad de los gobernantes y la limpieza de su gestión. Italia, en este sentido, es el mejor ejemplo que puede mencionarse con la Liga del Norte, de Berlusconi. En el otro extremo tenemos las acciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y el auge de los acuerdos de integración económica internacional son apenas la expresión -burocratizada y estatista- de un movimiento mucho más profundo que surge de la expansión de las comunicaciones y de otras técnicas que son características de nuestro tiempo.

La confluencia de estos dos amplios movimientos históricos explica en gran parte la confusión y las convulsiones del actual panorama internacional; ambos, por otra parte, presentan amenazas y promesas para la libertad humana. En cuanto a la emergencia de algún tipo de poder supranacional, no son pocos los riesgos que esto supone: la imagen de un imperio tipo «Guerra de las Galaxias» puede ser convocado fácilmente por nuestra imaginación; por ello la trilogía fílmica de Spielberg fue combatida por el bushismo.

Es claro que, en tal caso, podría repetirse el proceso que ha seguido Estados Unidos: independizándose de los estados que han delegado sus poderes en él; el gobierno central ha ido asumiendo cada vez más funciones hasta convertirse en un gigantesco aparato político difícilmente controlable por los ciudadanos. Estas utopías, que suelen estar determinadas por la realidad, han sido empujadas por un centenar de centros de pensamiento bushiano coordinados por George Schultz, investigador del Hoover Institute de la Universidad de Stanford, que se localiza en el área de San Francisco, territorio de alta cultura fomentada allí a lo largo de siglos por la Compañía de Jesús.

La geografía política

Peter J.Taylor y Colin Flint son los autores del libro Geografía política, que no debería faltar en la cabecera de todo miembro respetable de la clase política nacional. Se trata de un texto analítico de los efectos de la globalidad, a la que no considera tan inevitable como en cambio lo creen los agoreros de cartulina, en los distintos niveles geográficos en términos de política nacional (región y comunidad), al lado de la economía mundo.

Dicen estos autores que el Estado es el escenario de la política formal. Aclaran que la mayor parte de la gente suele asociar el funcionamiento del poder y de la política con actividades relacionadas con el estado y el gobierno (que en México se confunden en el discurso oficial de la misma manera que en el discurso político de Estados Unidos se confunden de manera conceptual estado y nación. En Europa la cultura y la historia impiden una confusión parecida). Se da por sentado que el estado es el ruedo de la política y, en consecuencia, lo habitual es que muchos estudios políticos se hayan limitado a analizar los estados y los gobiernos; sin embargo, este enfoque es insuficiente porque no hay ningún motivo apriori por el que no debamos interesarnos por el tema del poder en otras instituciones como el hogar.

La geografía política por su parte, al igual que otros estudios políticos, ha tenido una orientación estadocéntrica; es decir, ha considerado que la unidad elemental de análisis es el estado. Y si bien es cierto que el estado sigue siendo una institución clave, ya no es el escenario del cambio social.

Siguiendo a los dos coautores, los hogares son las unidades reproductoras sociales del sistema porque en ellas se socializa a los individuos en un estrato social. Los pueblos o naciones del mundo se reproducen también por la identidad cultural; en ocasiones por la lengua como los árabes; en ocasiones por la etnia, como los pueblos nahuatlacas.

Ahora bien, la identidad cultural de las naciones cuestiona el status global de las clases sociales, lo que traerá como consecuencia que las derechas promotoras de la desregulación del estado y de la disminución de la soberanía relativa en el torbellino de la globalización, resulten absorbidas como por un secante aniquilador en la pugna previsible de las minorías en que se fragmenta el estado. Esto en abierto desafío a su racionalidad hegeliana. Como dice Juan Benet en En la penumbra:« Las cosas están hechas por el revés para que luego se vean por el derecho. Y el derecho engaña, engaña siempre.»

El etnocentrismo y la destrucción de la geografía política

Silvia Palacios, una estudiosa de los problemas geográficos e históricos de América nos dice en su periódico mensual que edita en Brasil (Página Iberoamericana 01.12.05) que el estado nacional soberano se debate por su existencia y no puede omitirse el hecho de que ha sido sometido a una guerra (que es incapaz de comprender), que lo ha debilitado. Primero, minando su control sobre la moneda y sus empresas nacionales, y después imponiéndole cierto tipo de control supranacional en asuntos como la demografía y el medio ambiente.

Este control es progresivo a partir de la diseminación y la importancia que adquiere en cada ámbito estatal el ejército globalizador de los Organismos no gubernamentales (ONG). Además, en línea paralela a la acción de los ONG marcha el etnonacionalismo, que es una jugada para cambiar la geografía política y la nota cultural occidental, que pese a todas sus deficiencias ha sido el sustento del estado nacional en el Continente.

Palacios invoca a otro autor norteamericano, Walker Connor, catedrático norteamericano en varias universidades de Estados Unidos, que estudió esos fenómenos en su análisis del nacionalismo. En efecto, como representante de una especie de laicismo radical, dice Silvia Palacios, hace una falsa diferenciación entre nación y patria, atribuyéndole a la primera la capacidad de mantener la cohesión social por los fuertes lazos subjetivos de unión propios de las etnias. La segunda es una cohesión representada y ordenada por el estado y sus instituciones. En su obra Etnonacionalismo, en el capítulo intitulado «Más allá de la razón», Connor asienta que "los términos nacionalismo y patriotismo se refieren a dos lealtades diferentes: el primero es la lealtad al grupo nacional y el segundo es la lealtad al estado y a sus instituciones. Sólo en pueblos como el japonés donde la dimensión estatal y la nacional son equivalentes, las lealtades se confunden"; la lealtad al estado es para ese autor una lealtad decadente.

En los años noventa Connor y otros geopolíticos como Etzioni y sus antropólogos, implantaron en América Latina sus tesis para subrayar que en esta parte del mundo existen las condiciones para configurar múltiples estados etnonacionales repletos de autonomías étnicas. Dice Connor que el descontento general entre varios pueblos amerindios que ocupan las zonas montañosas desde México hasta Chile, que se conciben a sí mismos como pueblos sojuzgados por mestizos o por gente de origen europeo, pone el acento en la aspiración a crear territorios separados de la tutela estatal. Yugoslavia fue disuelta para debilitar las zonas limítrofes de la Rusia poestalinista convirtiendo en polvorines a los credos religiosos en el escenario: musulmanes, católicos romanos y cristianos ortodoxos.

Como puede verse, las consideraciones étnicas y religiosas se han venido depurando a lo largo de las décadas y hoy se encuentran consagradas como parte de las ecuaciones del poder mundial.


**Los autores del libro presentado en la imagen de aquí arriba, pertenecen a los investigadores George W. Breslauer y Alexander Dallin. Ambos pertenecen a la categoría de teóricos universitarios y cuyo trabajo ha sido en gran parte para fundamentar y justificar políticamente las amenazas que pueden acechar al Imperio, consolidando y reconfortando de esta manera la ideología dominante del Establishment estadounidense.

La Televisión Comunitaria

Texto leído en la Asamblea Mundial de Medios de Comunicación Comunitarios en Oaxaca el 1 de junio del Año 2007.

La televisión comunitaria

Carlos G. Plascencia Fabila

El ejercicio del poder económico y del poder político está siendo cuestionado por todo el orbe. Hay un enorme y creciente número de descontentos con la situación actual que persiste en el mundo que nos tocó vivir: hay hambre, se carece de salud, se emigra buscando mejores formas de vida; la contaminación ambiental está causando estragos, la justicia brilla por su ausencia y la manifestación de las ideas se trata de ocultar con represión. Las personas, las familias, los campesinos, los obreros, los estudiantes, las amas de casa, los profesionistas, las organizaciones, los artistas…, ya no aceptan el estado actual de cosas y, como consecuencia se libran batallas de muy diversa índole.

Una de las arenas en las que se batalla con beligerancia y creatividad, es la de la comunicación.

Hay que estar concientes de que los medios de comunicación en nuestro país han excluido al México real de sus pantallas, bocinas y páginas. Lo que vemos en la televisión, lo que escuchamos en la radio, lo que leemos en las revistas de chismes y moda, no tiene que ver con nosotros los mexicanos. Actualmente, casi todo en los medios es espectáculo, todo tiene que ser grandilocuente, glamoroso o sangriento. El número de espectadores atrapados es lo que cuenta, no la calidad o la utilidad de los mensajes. No el servicio al público. Se piensa solamente en la ganancia que los espectadores puedan reportar a los dueños del poder económico y político; ni por equivocación se piensa en el beneficio de los pueblos. Naturalmente hay excepciones, pero son eso, excepciones.

En este contexto y por diversas partes del mundo y de nuestro México, como si se tratara de la planta sagrada del maíz, se han ido sembrando radiodifusoras comunitarias; algunas cuantas han resultado transgénicas y no se sabe aún cuanto daño puedan causar; otras han resultado híbridas y, si al principio sus frutos fueron abundantes, se agotaron rápidamente y cayeron en inercias autocomplacientes; pero muchas otras radiodifusoras comunitarias, consecuencia de la iniciativa y sabiduría locales, han crecido como el maíz criollo y le son de utilidad a los pueblos que se encuentran bajo su sombra y cobertura. Son radiodifusoras sabrosas, nutritivas, que de verdad alimentan, como el maíz, que acompaña a las personas a lo largo de sus vidas.

Otra alternativa en la comunicación comunitaria es la televisión.

En México, son pocas las experiencias en este terreno, por ejemplo, en Guelatao y Tamazulapam, Oaxaca, o en Peto, Yucatán, pero en otras partes de Latinoamérica su desarrollo ha sido extenso y positivo.

Podemos decir que la televisión comunitaria nace como una solución propia que se da en las comunidades para responder a un vacío de comunicación que ahoga las voces locales. Por ello, pienso que la televisión comunitaria debe ajustarse al ritmo de los latidos del corazón de los pueblos.

¿Qué justifica la existencia de la televisión comunitaria? ¿Se necesita alguna justificación?

Los medios de información masivos no atienden las necesidades de comunicación comunitarias, por lo que las comunidades se dotan de sus propios medios: radio, video, prensa, teatro popular, periódico mural, revistas, bocinas, entre otros.

En nuestro país hay experiencia en este terreno, y siendo un observador de estos proyectos, me atrevo a pensar que lo aprendido en la práctica de la radio comunitaria, debe ser lo que inspire el desarrollo de la televisión comunitaria. No se puede negar ni olvidar medio siglo de experiencias que, particularmente en América Latina, han demostrado las bondades de la radio comunitaria: refuerza la identidad, apoya la organización, pone en contacto a los radioescuchas entre ellos mismos, fomenta la participación y la reflexión, proporciona información y entretenimiento con pertinencia cultural.

Aquí debemos hacer una pequeña pausa y hablar del video comunitario. La actividad de video independiente, popular y comunitario, ha sido intensa durante las últimas décadas, a partir de la modernización de los equipos de grabación, y su costo cada vez menor.

El video ha servido para educar, registrar las actividades propias de la comunidad, documentar movimientos sociales, denunciar, recrear la cultura, dar a conocer lo propio, experimentar y mantenerse en comunicación con la familia, como sucede con las videocartas que circulan entre los migrantes. Un caso ejemplar de la producción de video, en Oaxaca, lo encontramos en Ojo de Agua Comunicación. Este tipo de video debe estar presente en la televisión comunitaria pero hay mucho más trabajo que hacer en una estación televisiva, como mantener una infraestructura compleja, una buena organización de las personas y las actividades a desarrollar, definir y cumplir con distintos horarios, armar una programación para todos los días del año, contar con algún estudio o set televisivo para la transmisión diaria. Todo esto además de investigar, escribir guiones, hacer entrevistas, reportajes y producir programas.

La televisión comunitaria, al igual que la radio comunitaria, debe tomar en cuenta algunas condiciones insoslayables, condiciones indispensables para su integración en el marco comunitario. Un estudioso del tema, Alfonso Gumucio-Dagron, nos dice que son indispensables los siguientes elementos.

1. Participación comunitaria

Pensando en los pueblos indígenas de Oaxaca, ninguna estación televisora debe ser impuesta sobre la comunidad, sino que debe ser el resultado de una necesidad sentida, fruto del acuerdo en la asamblea y con el respaldo de las autoridades. Más aún, la comunidad debe ser partícipe en todo el proceso de gestación, instalación y gestión de la televisión comunitaria. Uno de los aspectos que distingue a la televisión comunitaria de la televisión comercial, es esa capacidad de integrar a la comunidad, de convertirse en portavoz de las expresiones auténticas de los habitantes de los pueblos, en busca de cambios sociales y el mejoramiento de las condiciones de vida. Sin esta condición, no puede hablarse de televisión comunitaria.

2. Contenidos locales

La diferencia más visible entre la televisión comercial y la televisión comunitaria son los contenidos locales. Una televisión comunitaria que no produce suficientes programas con contenidos locales, no representa ninguna ventaja sobre la televisión comercial. La función de la televisión comunitaria es ocuparse de los aspectos de salud, educación, medio ambiente, organización social, producción y derechos, entre otros temas que son parte de la vida cotidiana. Es también una responsabilidad de la televisión comunitaria fortalecer y difundir la música local, las fiestas y tradiciones, la producción cultural y artística, la memoria de los ancianos, los juegos de los niños, y otras actividades lúdicas.

3. Tecnología apropiada

Hay que darle su justa dimensión a los asuntos tecnológicos. En este sentido se tiene que contar con el equipo necesario: ni tan barato y frágil que dure poco, ni tan caro y sofisticado que obligue a depender de refacciones caras y personas especializadas. No considerar con la seriedad suficiente este aspecto ha hecho fracasar varios proyectos. Lo apropiado en una televisión comunitaria es una tecnología cuya relación costo-beneficio sea razonable, cuyo manejo esté al alcance de técnicos, y cuya gestión pueda ser asumida por miembros de la comunidad. Debe adquirirse suficiente equipo como para cumplir con los planes de producción, y como para evitar que el equipo permanezca ocioso y sin uso durante largos periodos.

4. Pertinencia cultural y lengua

El gran reto de la televisión comunitaria es desarrollar una propuesta estético-televisiva y cultural que se convierta en uno de los sustentos principales de su legitimidad en el seno de la comunidad, que satisfaga los deseos y expectativas de una audiencia crítica y comprometida con su medio de comunicación. De ésta y sólo de esta manera, el auditorio se va a sentir identificado con la televisora de su comunidad. La televisión comunitaria planta sus raíces en la cultura local, esto no significa la negación de otras culturas, pero sí la afirmación de una identidad propia, identidad que con frecuencia es negada por los medios masivos de alcance nacional. El principal rasgo distintivo de esa pertenencia a la cultura local es el uso y valoración del idioma o idiomas indígenas de la región. El mundo percibido por cada cultura se encuentra aprehendido en el idioma que se habla. Con las palabras se designa todo lo existente en los mundos real e imaginario.

5. Convergencia

La televisión comunitaria no debe verse en soledad, aislada de otras influencias y otros medios. Debe crear alianzas con organismos no gubernamentales, con cooperativas, con proyectos de desarrollo, con escuelas y bibliotecas públicas, con grupos de jóvenes y de mujeres, y con todos los demás actores locales. De igual manera es indispensable que las televisoras comunitarias construyan redes y fortalezcan su contacto con proyectos de comunicación similares. La convergencia con nuevas tecnologías que usan el potencial de difusión de Internet, es otro aspecto que debe tomarse en cuenta. Internet se ha convertido en una fuente de información, pero sobre todo en un instrumento que facilita la constitución de redes virtuales.

Aquí en Oaxaca hay una sensibilidad especial con respecto a los medios de comunicación. Durante la crisis del 2006 nos dimos cuenta del papel que juegan y de lo que son capaces; pueden mostrar la realidad o negarla; pueden mentir descarada y cínicamente o informar con honestidad; pueden incitar a la violencia o trabajar para la paz; pueden amedrentar o animar a la manifestación organizada; pueden ser totalmente intrascendentes o sustentar acciones específicas para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población.

Debemos recuperar la experiencia social que vivimos en Oaxaca; buscar y exigir espacios o crear nuestros propios medios para expresar lo que pensamos y sentimos con respecto a este mundo que nos tocó vivir.

¿Y la ley? Hagamos lo que esté a nuestro alcance para que los medios comunitarios sean legales, porque legítimos, posibles y reales ya lo son.

Sembremos medios comunitarios para que nos acompañen y alimenten, como el maíz, en todos los aspectos de nuestras vidas. Sembremos medios comunitarios para la libertad de los pueblos indígenas de Oaxaca.
Sobre el papel de los medios en las transiciones políticas


Las sociedades del centro y este de Europa han pasado, en apenas una década, del yugo soviético a la integración en la Unión Europea. Pero lejos de comportarse como entusiastas nuevos miembros, los centroeuropeos cultivan un euroescepticismo que recela de cualquier imperio supranacional que les recuerde a la URSS.

En medio de esta acelerada transición desde los racionamientos comunistas al anarcocapitalismo de las mafias postsoviéticas se encuentran los medios de comunicación y las sociedades civiles de estos países.

La dolorosa democratización del corazón europeo se dirime en dos frentes comunicativos: el tradicional, con los periodistas como avanzadilla de las libertades civiles, y el de la innovadora horizontalidad vírica de la comunicación interpersonal apoyada en la telefonía móvil e Internet.

La rebelión contra el poder político de los trabajadores de la televisión pública checa y la reciente revolución naranja de Ucrania son ejemplos, respectivamente, de esas dos tendencias.

El papel de los medios y la sociedad civil en la democratización de las sociedades centroeuropeas es el tema central del curso de verano “Media, Democratization and Civil Society”, que tendrá lugar en Budapest (Hungría) del 16 al 27 de junio de 2008. Está organizado por los responsables del proyecto de investigación europeo "East of West: Setting a New Media Research Agenda for Central/Eastern Europe", la Annenberg School for Communication de la University of Pennsylvania, y el Center for Media and Communication Studies (CMCS) de la Central European University (CEU). El plazo para solicitar becas para financiar la asistencia al seminario termina el próximo 14 de febrero de 2008, aunque el plazo de solicitud de admisión para los asistentes que paguen la cuota de inscripción se extiende hasta el 30 de abril de 2008.

Durante el simposio se presentará el último número del anuario Global Civil Society, cuya edición 2007/2008 se titula, precisamente, “Communicative Power and Democracy.”

A pesar de su enfoque en el centro y este de Europa, el seminario también invita a la participación de los estudiosos del papel de los medios en la democratización de otras sociedades en cualquier país del globo.

La Revolución Digital

La Revolución Digital.

¿Cuáles son los cambios que se están generando a partir de la utilización de la tecnología?
El impacto real proviene de nuevos servicios y de los modelos económicos vinculados con ellos. El mayor cambio se está generando a partir de la utilización de Internet, que es el origen de miles de ideas por minuto. La utilización de Internet muestra, de forma sorprendente, que el producto o servicio de una persona puede ser considerado solamente publicidad por otra. Habrá una demanda cada vez mayor de formas personalizadas de contenido.


¿Qué elementos tecnológicos serán fundamentales de aquí a 10 años?Nos sentimos arrinconados por el tipo de complejidad que proviene de las continuas mejoras y de las constantes opciones para nuestro software. El resultado es que casi todas las nuevas versiones de software son levemente peores que la versión anterior: es una época apropiada para crear sistemas inteligentes, que resulten más fáciles de usar y verdaderamente más simples.

¿Cómo afecta a la creatividad y a la efectividad de las personas la utilización de Internet? Internet tiene un efecto muy importante en nuestra creatividad colectiva, por una variedad de razones: reduce las jerarquías, relega el valor de los más grandes, alienta la aparición de ideas y permite que la evolución de una persona abarque mercados globales. La consecuencia es un cambio rápido del panorama comercial, que presenta una oportunidad para la imaginación.

Internet tiene un efecto muy importante sobre la potencialidad de nuestra creatividad colectiva, como resultado de una serie de características que le son inherentes. Cualquier industria cuyos productos puedan entregarse en forma de bits gozará de una ventaja competitiva, porque el transporte físico se convertirá en un factor limitador del comercio electrónico. Por lo tanto, el secreto está en el valor agregado a esos bits.

El mayor impacto de Internet reside en que es un multiplicador de nuevos productos y servicios, y los nuevos modelos económicos asociados a ellos. En Internet se originan miles de ideas por minuto, que pueden representar nuevos productos y servicios para algunos, y sólo publicidad para muchos otros. En este sentido, los únicos que quedarán fuera de este mundo digital y global serán aquellos que no puedan usar la imaginación para incorporarse a esta nueva economía y se aferren a viejos modelos de negociación. Un ejemplo serían las empresas que se sorprenden porque otras, regalan lo que ellas venden.

Cada vez es menor el número de ejecutivos que no entienden la transformación que implica, para su actividad diaria, pasar de átomos a bits. Con el fin de observar esa diferencia, resulta útil un ejemplo práctico: el caso de una fábrica de tostadoras. Por simple que parezca, se necesita personal con diferentes habilidades para procesar la variedad de materiales y elementos químicos que, combinados, se convertirán en una tostadora. Si el modelo o el diseño de la tostadora resultara exitoso en el mercado, aumentará la demanda, la empresa avanzará posiciones en el mercado y, como resultado, mayor poder de negociación en la compra de materias primas, razón por la cual estará en condiciones de bajar sus costes. Teóricamente, también debería bajar el precio de venta al público de la tostadora.Y mejorar la calidad del producto.

Ahora bien, si lo que se produjeran fueran bits en lugar de tostadoras, ante el mismo éxito, con el consiguiente crecimiento de la participación de mercado, el proceso sería absolutamente diferente porque el coste marginal de fabricar más bits es igual a cero. Un cambio fundamental en la economía que nos introduce en la demografía del mundo digital. Un mundo en el que, como en el real, hay personas, países y cosas.

¿Cómo se distribuyen los usuarios?En Estados Unidos hay un gran grupo de usuarios jóvenes, con poco más de quince años, que podríamos llamar “cien por cien” digitales. Usan el ordenador y navegan por Internet como peces en el agua. Pero también hay un segundo conjunto oculto, tan fascinante como sorprendente: el de las personas de más de 65 años, uno de los de más rápido crecimiento. Comparten con el primero una característica: la disponibilidad de tiempo. En el medio, están los “desamparados digitales”, los que no entraron en el proceso de digitalización. Pero no por pereza o falta de recursos, sino porque llegaron al mundo en el momento equivocado. Es probable que sus intereses sean diferentes, o que su visión del mundo no incluya con facilidad la tecnología en la vida diaria. Lo más interesante es que quienes hoy dirigen escuelas, empresas y hasta naciones, son los miembros de esta última categoría. Y allí podría residir, precisamente, la causa de la lentitud de algunos avances.

¿Qué clase de objetos están “conectados” a Internet?No se trata de los ordenadores de escritorio, las “agendas electrónicas” o el servidor. Tampoco de los teléfonos móviles. Tiene que ver con las cosas que están en Internet con entidad “propia” y con la manera de usarlas. En otras palabras, se trata de aprovechar la inteligencia de la Red para lograr un mayor rendimiento. Por ejemplo: una máquina de bebidas que informe cuándo necesita reponer un determinado refresco; o una lámpara de alumbrado público que indique si está a punto de agotarse.Si seguimos así, en poco tiempo la población dominante de Internet no va a estar compuesta por gente sino por cosas.

Como mundos paralelos y a la vez integrados, la revolución tecnológica y la nueva sociedad construyen el futuro digital. Todos hubiesen calificado de cínico a quien, hace 20 años, hubiera anticipado la caducidad de los sistemas informáticos de entonces en menos de dos décadas. Sin embargo, eso fue lo que ocurrió. Porque si bien conocemos el mundo de los átomos, desconocemos el de los bits: no tenemos una sensación “visceral” de los bits, ni de su tamaño, ni de su forma, ni de su color. No obstante, con el paso del tiempo, al menos hemos aprendido a percibir ese universo de unidades de información informática de una manera diferente. Incluso en el mundo de los negocios.

La Era de la Post Información

Durante mucho tiempo se ha discutido la transición de una era industrial a una era postindustrial o de la información, y no nos hemos dado cuenta de que estamos pasando a una era de la postinformación.El concepto: “producción de masa” fue introducido por la era industrial, en un espacio y momento determinado. La era de la información, la de los ordenadores, mostró las mismas economías de escala, pero con menos dependencia del espacio y del tiempo. Los bits se podían fabricar en cualquier lugar, en cualquier momento y se podían mover, por ejemplo, entre las bolsas de Nueva York, Londres y Tokio como si fueran tres herramientas de la misma máquina.

En la era de la información, los medios de comunicación de masas se hicieron más grandes y al mismo tiempo más pequeños. Nuevas formas de emisión como CNN y USA Today alcanzaron grandes audiencias y ampliaron la cobertura. Las revistas especializadas, las ventas de videocasetes y los servicios por cable, son ejemplos de transmisión selectiva, que nutren a pequeños grupos demográficos. Por eso los medios de comunicación de masas se hicieron grandes y al mismo tiempo pequeños.

En cambio, en la era de la postinformación a veces la audiencia es sólo una persona. Todo se hace por encargo y la información se personaliza al máximo. Se asume que la individualización es la extrapolación de la transmisión selectiva: se pasa de un grupo grande a uno pequeño, después a otro más pequeño y al final al individuo. En el momento en que tienen nuestra dirección, estado civil, edad, ingresos, marca del coche, compras, hábitos de bebida e impuestos, ya nos han cazado: somos una unidad demográfica de una persona.El mundo digital
Los bits se están transformando en el elemento básico de la interacción humana. Este libro es una recopilación de 18 artículos que escribió para Wired sobre el ser digital. Un completo análisis de nuestra relación con el mundo tecnológico en un futuro no tan lejano. Los bits, el ADN de la información, se están transformando en el elemento básico de la interacción humana. La diferencia entre una pantalla de televisión y la de un ordenador se ha reducido meramente a una cuestión de tamaño. Y lo que hasta hace poco se había convertido en un medio masivo, se está convirtiendo en una doble vía de comunicación personalizada. Describe la evolución del CD-ROM, multimedia, hypermedia... Ofrece una mirada sobre el futuro y predice el significado del ser digital para los próximos años. La revolución digital convertirá a los ordenadores en objetos.

Estos cambios alterarán nuestra forma de aprender, de trabajar, de divertirnos... “en fin, toda nuestra forma de vida”, asegura el autor.

Fuente: losrecursoshumanos.com