19/2/10

Aristegui - Ficciones De La Revolucion Mexicana (Libro Ignacio Solares)






Villa sí conquistó Columbus
IGNACIO SOLARES

Hace casi cien años se inició una etapa plagada de mitos, héroes y villanos que desde entonces intercambian papeles según las veleidades de los intérpretes de nuestra historia, y que ahora muestran un rostro distinto en Ficciones de la revolución mexicana, el más reciente libro de Ignacio Solares, que comenzó a circular en estos días publicado por Alfaguara. Reproducimos el capítulo correspondiente a la aventura de Pancho Villa en Columbus.


Para Marisol Schulz
La División del Norte estaba en su mejor momento. Éramos tres mil. O quizá cuatro mil, o cinco mil, porque nunca nos habíamos contado bien, pero más o menos por ahí andaba la cantidad. En cualquier pueblo o pueblucho que pisábamos, siempre había un montón, o un montoncito, de gente que se nos quería unir. Hombres, mujeres, y hasta algunos chavalos, no faltaban los chavalos. Por eso, porque se sabía jefe de un enorme ejército —de lo más variado, por lo demás—, desde fines de enero, Villa planeó la invasión a Estados Unidos por el rumbo de Ojinaga, pero era tanta la gente que todavía se nos quería unir al proyecto, que prefirió posponerlo un par de meses. Mientras más fuera el montón de guerrilleros mexicanos que se metiera a Estados Unidos, mejor, ¿no? Por eso luego, ya que éramos un titipuchal, fue en Palomas, pequeña ciudad fronteriza a unos cuantos kilómetros de Columbus, donde Villa nos hizo saber su decisión.

Esa tarde del 8 de marzo de aquel 1916, nos habló como yo no lo había oído, con una inspiración que le quebraba la voz y lo obligaba a detenerse a cada momento por la cantidad de lágrimas que derramaba. Nos juntó en la falda de un monte, y él se puso en el lugar más alto para que todos lo oyéramos bien y no nos quedara lugar a dudas de lo que decía. El sol pareció también pasmarse en lo alto y se levantó una brisa que puso a chasquear los huizaches y las nopaleras.

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